La medida justa

La justicia es dar a cada uno lo suyo, lo que le corresponde. Esta es la definición clásica. Por ejemplo, es de justicia que toda persona pueda tener algo que llevarse a la boca. Dejar a alguien sin comida es una cosa muy seria. Casi podemos decir que ahí no hay excusas. Es algo claro, elemental: hay que dar de comer al hambriento. Se entiende fácilmente que dejar que alguien se muera de inanición es un atentado contra la dignidad que esa persona tiene por el simple hecho de ser quien es: Pepe, Luisa, Ramón, Amparo…


Ser justos es eso, tratar cada cosa de acuerdo con su dignidad, con su naturaleza. Sería absurdo que una familia organizara toda su vida en función de la hora de comer del canario que hay en la terraza. Una cosa es el canario, que está en su jaula, y otra la vida de la familia. A cada uno lo suyo significa: a cada cosa la importancia que tiene. También sería ridículo que uno se pusiera a llorar de alegría porque le ha llegado el turno en la frutería. Take it easy, man. O, por ejemplo, que alguien no se conmoviera cuando ve nacer a su primer hijo.


Son ejemplos un poco exagerados, pero es que a veces funcionamos así. Y esto tiene mucho que ver con nuestra falta de justicia: con no tratar cada cosa según el valor que tiene. Siempre que le damos importancia a algo que no la tiene es que se la estamos quitando a algo que sí la tiene. Por eso es necesario, es la tarea de toda una vida, aprender a respetar la medida justa de las cosas.


Quizás, para ser justos con nosotros y con quienes nos rodean, una de las primeras cosas que deberíamos hacer es medir un poco la influencia que, de unos años a esta parte, ha adquirido el tipo de televisión que entra en nuestras casas. ¿No tenéis la sensación de que cada dos por tres en la tele nos topamos con esto? Cuatro semanas pendientes de si a fulanito le ha llegado el turno en la frutería, o si más bien se coló delante de una señora anónima cuando nadie le veía. No es sólo que nos haga perder el tiempo, es que nos vuelve injustos.

Comentarios: 3 (Discusión cerrada)
  • #1

    anónimo (martes, 22 mayo 2012 09:59)

    Muchisimas gracias filóxofo. Ahora me ha entrado dolor de estámago pensando cuanta injusticia entra a nuestra casa a través de la televisión, y mas me duele el ensar que no solo es que entre, sino que por asi decirlo " la metabolizamos " y nos hacemos injustos. Y por qué será que si existe este conocimiento en nuestra sociedad, es decir, si existe la idea de que esta sociedad se puede estar volviendo injusta, porque si las pesonas individualmente se vuelven injustas la sociedad también, por que será digo, que no hacen nada las autoridades al respecto ? ¿ será por dinero ? ¿ será por dejadez ? ¿ será el demonio ? ¿ Que será será ?

  • #2

    Jesús (lunes, 28 mayo 2012 15:34)

    Como siempre tienes razón. En la actualidad, la cultura (o lo que se nos ofrece como tal) está basada en el exceso, los límites, para ella, no tienen sentido. No cabe duda que el bombardeo constante desde todos los medios posibles y con todas las armas posibles ha hecho su mella y cada vez más, resulta casi imposible encontrar en nuestro interior, el equilibrio entre el creador y la criatura. Es decir, lo que realmente espera Dios de nosotros.

    Durante miles de años las grandes civilizaciones siempre han buscado este equilibrio, prueba de ello es que prácticamente todas simbolizaban a la justicia o su diosa equivalente, con una balanza. Y todas llegaron a la convicción de que el equilibrio exterior solo puede obtenerse si sale del interior. Y esto no puede aprenderse sin no es con una buena educación sobre la objetividad y un espíritu crítico que nos permita analizar y analizarnos en todas nuestras acciones.

    Es indudable que adquirir una medida justa como la que planteas, no es un reto fácil, más bien todo lo contrario; la propia palabra nos lo advierte, ya en la Edad Media se denominaba al combate de caballos y lanzas entre dos contendientes “justa”. Y hoy en día podríamos representarlo como las puntas de acero que nos quieren clavar cuando bajamos la guardia y la fuerza interior y la pura raza que necesitamos para cabalgar sobre ellas y esquivarlas.

    En fin, un mar de dudas que nos atañen siempre que necesitamos tomar medidas de las cuales no estamos del todo seguros… pero sobre todo hay una gran duda que no termino de entender…¿por qué siempre visten a la justicia de mujer…?je, je. Realmente son más justas o es que doblegan con más contundencia a los injustos…

  • #3

    Jaime (jueves, 31 mayo 2012 18:24)

    Muchas gracias Eduardo por todas las entregas de este rincón. No suelo escribir pero lo sigo.
    Ofrecer el día al Señor cada mañana hace que nuestro sistema de prioridades, nuestras preocupaciones, etc adquieran una importancia relativa y diferente a la que lo tendrían si tú diriges tu vida sin ese apoyo.
    Un abrazo.