En el día de la Presentación del Niño en el Templo en brazos de su Madre, nace en nuestra parroquia un compromiso espiritual para vivir más conscientemente la gracia de nuestro Bautismo y la dignidad de ser hijos de Dios, para Gloria de Dios y en favor de todos los hombres. Quien se sienta llamado a esta comunión espiritual puede hacer su propio compromiso personal con Dios.
Dios Padre Omnipotente,
que manifiestas especialmente tu poder,
con tu Misericordia y tu TERNURA;
y que quieres que todos los hombres se salven.
Desde el Corazón de la Virgen Inmaculada,
cerquita de San José, su esposo;
y por medio de tu Hijo Jesucristo,
impulsado por el Espíritu Santo,
acojo esta gracia que me concedes:
Confiado hasta la audacia en tu Bondad de Padre,
hago mi libre ofrenda de,
Creer que me quieres,
Creer que me extrañas,
Creer que me amas,
Creer que me deseas,
y Creer que te ofreces conmigo.
Igualmente hago mi libre ofrenda de:
Esperar que me quieres,
Esperar que me extrañas,
Esperar que me amas,
Esperar que me deseas,
Esperar que te ofreces conmigo.
Y te pido la gracia,
de quererte y de extrañarte,
de amarte y de desearte.
La gracia de convertir mi vida,
en una constante ofrenda de holocausto a tu TERNURA,
en el santuario de mi intimidad.
Aceptando, como un regalo tuyo,
cada persona y cada acontecimiento
que afecte a mi vida.
Humildemente te pido
que acojas esta ofrenda
en este Día de la Presentación del Señor, en el año 2020.
Por la salvación también eterna, de (Europa. Asia. África. América. Oceanía) y del mundo
(Cada cual dice su particular continente)
(Renovar esta ofrenda cada fiesta de la Virgen. Sábado Santo, Navidad y Epifanía)