Hazte Voluntario
Queridos vecinos y amigos de la Parroquia de Nuestra Señora de la Merced:
En estos tiempos que corren, donde la vida a menudo parece moverse a la velocidad de la luz y nuestras conexiones pueden ser tan efímeras como un mensaje en una pantalla de móvil, la Parroquia de Nuestra Señora de la Merced sigue trabajando y convirtiéndose en un faro de esperanza y comunidad. Somos guardianes de nuestro prójimo, portadores de la solidaridad y la fraternidad que nos enseña el Evangelio.
Hoy, más que nunca, nuestra parroquia se hace eco de la llamada a servir, no solo en la espiritualidad, sino en la acción tangible y la ayuda desinteresada. Nos encontramos en un punto donde cada par de manos dispuestas y cada corazón generoso pueden marcar la diferencia en la vida de nuestras familias, nuestros ancianos, nuestros jóvenes y nuestros más vulnerables.
Te invitamos a considerar un regalo precioso que cada uno puede ofrecer: el regalo del tiempo y del compromiso. Buscamos voluntarios que deseen compartir sus talentos, su energía y su tiempo en las diversas actividades de nuestra parroquia. Ya sea que te apasiona enseñar, colaborar en actividades, ofrecer asistencia a los necesitados, ayudar a la limpieza y el orden del templo o simplemente estar presente para quien necesite una palabra amiga, tu contribución es invaluable.
Te animamos a visitar nuestra parroquia, charlas con el Párroco y asistentes parroquiales y descubrir las diferentes maneras de involucrarte. Pero más allá de la información, queremos conocerte, escuchar tu historia y compartir la nuestra, en la construcción de una comunidad más fuerte y unida.
No dejes que la duda te detenga. Acércate. Pregunta. Participa. En cada uno de nosotros hay una chispa que, con amor y dedicación, puede encender la llama de la esperanza y la solidaridad.
Con gratitud y bendiciones.
Tu ayuda puede ser el motor de grandes obras.
Ser voluntario en Nuestra Señora de la Merced es una experiencia enriquecedora que ofrece tanto como recibe. Es una oportunidad para:
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Crecer personal y espiritualmente, al compartir con otros que también buscan dar sentido a su fe a través de la acción.
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Conectar con tu comunidad, fortaleciendo vínculos que van más allá de lo cotidiano y construyendo un entorno de apoyo y cuidado mutuo.
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Participar en el cambio real, al ser parte de proyectos y actividades que tienen un impacto directo en la vida de nuestros hermanos y hermanas.
No dejes que la duda te detenga. Acércate. Pregunta. Participa.