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Salmos

La celebración del matrimonio entre dos fieles católicos tiene lugar ordinariamente dentro de la Santa Misa, puesto que es conveniente que los esposos sellen su consentimiento en darse el uno al otro mediante la ofrenda de sus propias vidas, uniéndose a la ofrenda de Cristo por su Iglesia, hecha presente en el Sacrificio Eucarístico, y recibiendo la Eucaristía, para que, comulgando en el mismo Cuerpo y en la misma Sangre de Cristo, "formen un solo cuerpo" en Cristo.

       En cuanto al rito sacramental, éste debe ser sencillo y digno, y en algunas partes permite acomodarse a las preferencias espirituales de los novios. A continuación puedes leer y elegir los diferentes formularios que la Iglesia os ofrece: Primera lectura, Salmo, Segunda lectura, Evangelio, Consentimiento y Peticiones.

Salmo 32 (33), 12 y 18. 20-21.22.: La misericordia del Señor llena la tierra

     

R. La misericordia del Señor llena la tierra.  

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él escogió como heredad. Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan su misericordia. R.  

Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo; con él se alegra nuestro corazón, en su santo nombre confiamos. R. 

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. R.

Salmo 33(34), 2-3. 4-5. 6-7. 8-9: Bendigo al Señor en todo momento; O bien: Gustad y ved qué bueno es el Señor

     

 R.  Bendigo al Señor en todo momento. (O bien: Gustad y ved qué bueno es el Señor)   

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloria en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren.  R. 

Proclamad conmigo la misericordia del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor y me respondió, me libró de todas mis ansias. R.

Contempladlo y quedaréis radiantes,  vuestro rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias.  R.  

El ángel del Señor acampa  en torno a sus fieles y los protege. Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él.  R. 

Salmo 102 (103), 1-2. 8 y 13. 17-18a: El Señor es compasivo y misericordioso; O bien: La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus mandatos

     

 R. El Señor es compasivo y misericordioso  (O bien: La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen su mandato)  

Bendice, alma mía, al, Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía al Señor, y no olvides sus beneficios.  R.   

El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles. R.  

La misericordia del Señor dura por siempre, su justicia pasa de hijos a nietos: para los que guardan la alianza.R.

Salmo 111 (112), 1-2. 3-4. 5-7a. 7bc-8. 9.: Dichoso quien ama de corazón los mandatos del Señor; O bien: Aleluya

     

R. Dichoso quien ama de corazón los mandatos del Señor.  (O bien: Aleluya).  

Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita.  R.

En su casa habrá riquezas y abundancia, su caridad es constante, sin falta. En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo.  R.  

Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos. El justo jamás vacilará, su recuerde será perpetuo.  R.  

No temerá las malas noticias, su corazón está firme en el Señor. Su corazón está seguro, sin temor, hasta ver derrotados a sus enemigos.  R.  

Reparte limosna a los pobres, su caridad es constante, sin falta y alzará la frente con dignidad.  R.

Salmo 127 (128), 1-2. 3. 4-5.: Dichosos los que temen al Señor; O bien: Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor

     

R. Dichosos los que temen al Señor  (O bien: Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor).  

Dichoso el que terne al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. R.   

Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos como renuevos de olivo alrededor de tu mesa. R.

Estas es la bendición de hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén, todos los días de tu vida. R. 

Salmo 144 (145), 8-9. 10 y 15. 17-18.: El Señor es bueno con todos

     

R. El Señor es bueno con todos.   

El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad, el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas.  R.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles. Los ojos de todos te están aguardando, tú les das la comida a su tiempo.  R.    

El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones. Cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente.  R.

Salmo 148, 1-2. 3-4. 9-10.11-13ab. 13c-14a.: Alabad el nombre del Señor; O bien: Aleluya

   

 R. Alabad el nombre del Señor (O bien: Aleluya).  

Alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto; alabadlo, todos sus ángeles, alabadlo, todos sus ejércitos.  R.

Alabadlo, sol y luna alabadlo, estrellas lucientes; alabadlo, espacios celestes, y aguas que cuelgan en el cielo. R. 

Montes y todas las tierras, árboles frutales y cedros; fieras y animales domésticos, reptiles y pájaros que vuelan.  R. 

Reyes y pueblos del orbe, príncipes y jefes del mundo; los jóvenes y también las doncellas, los viejos junto con los niños. R.

Alaben el nombre del Señor, el único nombre sublime. Alabanza de todos sus fieles, de Israel su pueblo escogido.  R.

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